¿Qué les ocurrió a los pastores de Fátima?

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Se conoce como pastores de Fátima a los niños Lucía dos Santos y a sus primos Jacinta y Francisco Marto. El 13 de mayo de 1917 estos niños presenciaron un hecho extraordinario. Lucía, de diez años, junto a sus primos menores que ella, vieron en una encina a la virgen María. En medio del resplandor, la virgen les solicitó que volvieran los 13 de cada mes a ese lugar. Posteriormente, los pequeños difundieron entre los habitantes de Fátima lo ocurrido. Estos los acompañaron en gran número en las fechas pactadas de los meses siguientes. Especialmente, en la última cita que se dio en octubre de ese año, se congregó una multitud de setenta mil personas. Sin embargo, la virgen María solamente fue era visible para los chicos que la presenciaron aquel día de mayo.

Pastores de Fátima. Lucía dos Santos junto a sus primos Francisco y Jacinta Marto. Foto tomada en octubre de 1917.
Lucía dos Santos, a la izquierda, y sus primos Francisco y Jacinta Marto. Octubre de 1917.

Después de estas citas, en los años siguientes, la devoción por la virgen de Fátima fue creciendo y obtuvo el respaldo de la Iglesia. Como consecuencia, se le construyó un santuario y se promovió el rezo del rosario, tal como la virgen lo había indicado. A partir de la aparición y de los encuentros, la vida de los jóvenes pastores de Fátima se modificó radicalmente. Se creyeron responsables de la salvación del mundo y la redención de los pecadores. Seguidamente, fueron tomando fuerza en ellos ideas que los condujeron a las prácticas del ayuno y la penitencia. Como consecuencia de estas prácticas, su estado de salud comenzó a mermar.

Sor Lucía, la última vidente de Fátima

Francisco Marto fue el primero en fallecer, en 1919, como consecuencia de la pandemia de gripe española. Su hermana Jacinta murió a los diez años en 1920, también como víctima de la misma enfermedad. La única sobreviviente fue Lucía, quien se hizo monja e ingresó a la orden de las Carmelitas Descalzas. En 1948 entró al Carmelo de Santa Teresa, en Coimbra, en un estricto régimen de clausura. Lucía aseguraba tener nuevas visiones de la Virgen y no salía nunca a la calle.

En 1941, Sor Lucía reveló dos de los misterios que le comunicó la Virgen: la visión del Infierno y la manera de redimir a las almas que habitan en él. Se guardó el tercer misterio hasta el final de su vida. Esta era una visión de carácter apocalíptico sobre el asesinato del Papa y el fin del mundo. Lucía Dos Santos falleció en 2005, a los 97 años de edad.

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