La vida tal y como la conocemos es posible, en parte, gracias a estos pequeños grandes inventos del siglo XX. En este artículo te invitamos a repasar algunos de ellos, desde el cierre o cremallera en la vestimenta, hasta las biromes y el reloj de pulsera.
Algunos de los pequeños grandes inventos del siglo XX
Cremallera
Desde que tenemos memoria usamos camperas y pantalones jeans con cierre. Pero esto no siempre fue así. El ingeniero sueco Gideon Sundback fue quien en 1914 perfeccionó definitivamente la idea de la cremallera moderna. Hasta la década de 1930, no se impuso en la industria textil de diferentes países del mundo. Desde entonces, el invento permitió al mundo vestirse más fácil y rápidamente.
Tarjeta de crédito
En la actualidad, el uso de las tarjetas de crédito es generalizado. El dinero de plástico permitió pagar sin efectivo, algo impensado a principios del siglo XX. Asimismo, permitió superar el riesgo y la incomodidad de llevar demasiado metálico encima. La idea nació en Estados Unidos y su gran impulsor fue el Chase Manhattan Bank.
Reloj de pulsera
El reloj personal ya había nacido con el reloj de bolsillo, pero cuando el inventor brasileño Alberto Santos fijó el primer reloj de muñeca con una correa (el modelo Cartier Santos, de 1904) la invención triunfó rápidamente en todo el mundo.
Cinta adhesiva
En el año 1923, en los Estados Unidos. En ese tiempo eran populares los autos en dos tonos y, para pintarlos, era necesario tapar ciertas partes de la carrocería. Para ello utilizaban papel y un adhesivo, que tenía el inconveniente de que, al ser retirado, levantaba parte de la pintura y esta debía ser retocada. Hasta que Richard G. Drew, un joven ayudante del laboratorio de la empresa 3M, desarrolló una cinta que en sus bordes poseía un pegamento menos agresivo y en poca cantidad, lo que permitía retirarla sin dañar la pintura. Esta última característica fue el origen de su nombre: los usuarios creyeron que se trataba de una táctica para ahorrar pegamento y comenzaron a llamarla scotch (escocesa), en referencia a la fama de avaros que tenían entonces los escoceses.
Boligrafo
Significó el fin de las manchas sobre el papel, y revolucionó la facilidad y movilidad de la escritura. El primer prototipo con éxito fue patentado en 1938 por los hermanos húngaros Laszlo y György Biro. (birome)
Audífono
Tras muchos siglos de ensayos más o menos exitosos, en las últimas décadas del siglo XX se obró el milagro para las personas con dificultades de audición. Su mejora definitiva llegaría en el siglo XXI. Este es uno de los pequeños grandes inventos que más ha evolucionado y que lo seguirán haciendo, y los hay tanto externos, como el de la imagen, e internos, que van por dentro del oído.
Código de barras
Con él, los comerciantes pudieron controlar electrónicamente los precios y otras características de los productos. Su primera aplicación fue en la identificación de material ferroviario y no se usó de forma masiva hasta la década de 1970.
Desodorante
El uso del desodorante se remonta a los tiempos de la Antigüedad, en los que ya eran usados. Sin embargo, su popularidad llegó después de la Segunda Guerra Mundial, junto con la tendencia a desaprobar los olores corporales. Se vendía en farmacias y su aplicación en las axilas se veía necesaria pero indecorosa.
Otros pequeños grandes inventos
Durante la primer década del siglo XX, se inventaron la cuchilla de afeitar, así como el cinturón de seguridad. Luego, vinieron el crucigrama, los semáforos como los conocemos con las luces rojas, amarillas y verdes. Además, se inventó el limpiaparabrisas, que suscitó una polémica con relación a su patente entre su inventor, Robert Kearns, y la compañía Ford. Posteriormente, vendrían el hoy infaltable café instantáneo, así como los lentes de contacto, entre otros.