Los años perdidos de Jesús

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Se conoce como los años perdidos de Jesús al período que abarca desde su infancia hasta su reaparición como adulto. Todo lo que se sabe de Jesús de Nazaret viene de los Evangelios, que apenas enfocan una etapa de su vida. Este lapso constituye un misterio. Aquí, algunas de los puntos que más se han preguntado tanto investigadores como religiosos.

¿Cuándo nació Cristo exactamente?

Los años perdidos de Jesús. Estatua de Mitra
Estatua fenicia del dios Mitra, cuyo nacimiento en diciembre coincidía con el de Jesús.

Aunque ni el Nuevo Testamento ni la literatura cristiana primitiva precisen el año exacto, la tradición afirma que que Jesús nació durante el mandato en Roma del emperador Augusto (37 a. C. – 14 d. C.).Lucas, Marcos y Mateo coinciden en sus evangelios que Cristo llegó al mundo en vida de Herodes el Grande, rey de Judea. Además, el historiador judío Flavio Josefo sostiene que Herodes murió en el año 4 a. C. y hace referencia a un censo que tuvo lugar entre los años 8 y 4 a. C. Este dato confirmaría la alusión que hace el libro de Lucas a un empadronamiento.

No obstante estos datos, tampoco han faltado los intentos de fechar por medio de la astronomía el nacimiento de Jesús, cuyos resultados no han sido concluyentes. Por otra parte, los evangelios nada dicen sobre el día y mes de su nacimiento: la fecha del 25 de diciembre fue elegida por la Iglesia en el siglo III.

Entre Belén y Nazaret

Los años perdidos de Jesús. Nazaret.
Nazaret, la ciudad en la que los especialistas coincidieron casi unánimemente como sede del nacimiento de Cristo. Los años perdidos de Jesús.

Si la fecha y año de nacimiento son objeto de controversia, menos no puede serlo el lugar. En este punto, hay dos líneas que merecen ser destacadas. Una de ellas señala como sede de la venida al mundo de Cristo en Belén. Esta es conocida como la hipótesis teológica, sostenida por Lucas, Marcos y Mateo en sus respectivos evangelios. De esta manera tenía cumplimiento el oráculo de los profetas, según el cual el Mesías tenía que nacer en la región de Judá y seguir el linaje del rey David.

Por otra parte, la hipótesis histórica sostiene que Jesús provendría de Nazaret, ciudad situada en la región de Galilea. Esta tesis está apoyada en el evangelio de Juan, versión que tiene rasgos más reales, a la vez que identifica a Jesús como hijo de José. Es por esta versión por la que se considera a Cristo como galileo.

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Además de estas posturas, la información hallada en el Nuevo Testamento sobre la infancia de Jesús no constituye ni una crónica precisa de ella ni una biografía exacta.

En la actualidad, hay cierta unanimidad por parte de los especialistas al fijar Nazaret de Galilea como el punto geográfico del nacimiento del Mesías.

Orígenes de su familia

La tradición afirma que Jesús nació en una familia piadosa y erudita. Es lo que se deduce a través de Santiago, quien se cree que fue su hermano y primer obispo de Jerusalén. Asimismo, Judas, otro de sus hermanos, presentado en el Nuevo Testamento como autor de una carta de carácter judeo-apocalíptico. Eran una familia culta y estudiosa de las Escrituras. Además, María procedía de una familia sacerdotal de clase alta vinculada al Templo de Jerusalén.

También hay que tener en cuenta los nombres de sus familiares, que evocan la historia bíblica: María (Miriam), Santiago (Jacob), José, Judas y Simón, según el evangelio de Marcos.

A pesar de estos datos, es difícil establecer cómo era la relación de Jesús con sus hermanos. Se cree que pudo haber sido conflictiva, y las discusiones entre ellos habrían tenido una alta carga ideológica, al estar relacionadas con su destino mesiánico. No obstante estos desacuerdos, algunos de sus hermanos se sumaron luego a su grupo de discípulos.

María y José, sus padres

Aparición de Cristo resucitado a la Virgen, de Fernando Yáñez de la Almedina.

Al igual que sus otros hijos, María no habría aceptado en un principio el destino mesiánico de Jesús. No obstante, después se unió a su grupo de discípulos. Como signo femenino, la figura de María ha adquirido gran importancia en el seno de las iglesias católica y ortodoxa. Además, es una figura referente dentro de la vida de Cristo. La tesis de su virginidad tuvo inicio con Ireneo de Lyon y por Justino en el siglo II, continuando con Clemente y su sucesor en la escuela de Alejandría, Orígenes. Orígenes enseña, además, la maternidad universal de María: Nadie puede comprender el Evangelio (de San Juan) si no ha reclinado su cabeza sobre el pecho de Jesús y no ha recibido de él a María como madre”.

Otro de los misterios sobre los años perdidos de Jesús giran en torno a su padre. Tanto la Biblia como la tradición cristiana han permanecido en silencio sobre la figura de José. Esto se debe a la falta de datos sobre él, que han permitido a las fuentes religiosas crear una imagen idílica del padre de Cristo. Sin embargo, los últimos estudios ponen en evidencia a este personaje, justificando de esta manera el silencio de los evangelios.

Se estima que José fue un hombre de firmes convicciones nacionalistas, capaz de transmitir a sus hijos una fuerte identidad judía. Esto es comprensible dado el marco político e histórico en el que se encontraban. Por entonces, Nazaret era un lugar en el que se asentaban opositores al imperialismo romano, opositores que defendían la lengua, la identidad y las costumbres judías. José era, efectivamente, uno de ellos.

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Estudios y formación

La Torá, que era estudiada e interpretada por los estudiantes judíos en la época de Jesús. Imagen de Daniel Ullrich.

Es muy probable que Jesús llevase a cabo sus estudios primarios en la sinagoga de Nazaret. Esta etapa de la formación de los niños judíos se realizaba en Bet ha-Séfer (Casa del Libro), donde se enseñaba el alfabeto y la lectura de los libros sagrados.

Completada la educación primaria obligatoria, la secundaria era opcional. Esta se realizaba en Bet ha-Midras y consistía en el cumplimiento y la interpretación de las leyes judías. Probablemente, una vez completada ésta, Jesús profundizó en el estudio de las Escrituras, de la mano de algún maestro. Esto le permitió convertirse en autoridad intelectual, como se manifiesta en Lc 15-16 y en rabino itinerante. También, hablaba idiomas: latín, griego, hebreo y arameo.

¿Carpintero, albañil o rabino?

Hay dudas de si Jesús se dedicó realmente Jesús se dedicó al trabajo manual.

Los evangelios canónicos sitúan la infancia de Jesús cerca de la carpintería de su padre, José. Sin embargo, el contexto laboral en el que se movía era el de la sociedad agraria de la época, de ahí la cantidad de parábolas relativas al trabajo del campo que los evangelistas pusieron en su boca. Lo que el Nuevo Testamento afirma es que Jesús era tektón vocablo griego que también podía significar picapedrero, cantero, albañil o incluso constructor.

La expresión englobaba a toda persona que viviera del trabajo manual. Por otra parte, recientes investigaciones han descubierto que el término griego tektón era en arameo el equivalente de naggar (carpintero). A este respecto, el Talmud utiliza la fórmula «hijo del carpintero» (bar naggar) para designar a los discípulos de los rabinos.

En cualquier caso, se cree que Jesús pertenecía a una escala social media-alta, como la que correspondía a los artesanos y comerciantes de su tiempo, que estaba por encima de la clase baja agrícola y de los marginados sociales. En los relatos bíblicos, cuando Jesúis lee e interpreta el Libro del profeta Isaías antelos fieles que estaban en la sinagoga de Nazaret, el pueblo se escandaliza de cómo un «hijo del carpintero» (Mt 13,55), es decir, un estudiante de la Ley, puede interpretar el texto sagrado como si fuera rabino, cuando todavía no lo era.

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Así que es lo más probable que se ocupara del estudio de las tradiciones judías y de la historia de su pueblo y no de la artesanía.

¿Viajes y amistades ocultas?

La obra representa a los tres miembros de la Sagrada Familia cristiana huyendo hacia Egipto a fin de impedir que el rey Herodes el Grande diera muerte al Niño Jesús. Este lienzo y sus compañeros proceden del convento de San Felipe el Real de Madrid e ingresaron en el Museo del Prado procedentes del Museo de la Trinidad. Atribuidos tradicionalmente a Francisco Antolínez, Angulo no los cree suyos, sino de un artista aún anónimo, cuyo estilo está entre Antolínez, Arteaga y Juan Alfaro.
La huida a Egipto de Francisco Antolínez.

La intención de los autores de los evangelios era transmitir el mensaje de Jesús, destacando los momentos más importantes de su historia. Por esta razón, el nuevo el Nuevo Testamento guarda silencio respecto de las tres décadas que separan su nacimiento del comienzo de su vida pública en Galilea. Y esta laguna ha dado rienda suelta a la especulación y la fantasía sobre los años perdidos de Jesús.

Algunos creen que, durante este período, viajó por países de la zona, como Egipto o India. No faltan quienes lo sitúan en Nepal y afirman que adquirió conocimientos budistas. Además, están quienes lo identifican con el Maestro de Justicia del grupo esenio ubicado en Qumrám, en las inmediaciones del Mar Muerto y la desembocadura del Jordán, donde bautizaba Juan el Bautista. Pero es una hipótesis imposible a la luz del rigo de las normas recogidas en los Manuscritos del Mar Muerto, qie regían la comunidad de los hombres de Qumrám, estrictos seguidores de la legislación mosaica.

En la actualidad, la mayoría de los investigadores coinciden en que las primeras décadas de Jesús constituyeron una importante etapa de formación. Gracias a esos años de aprendizaje, pudo convertirse en rabino (maestro) y en destacada figura popular, capaz de realizar curaciones y sanaciones, y predicar una nueva filosofía de vida ante grandes multitudes.

Los evangelios apócrifos sobre su infancia

Ante el silencio de los evangelios oficiales sobre la infancia de Cristo, se levantó un género de libros escritos por autores cuestionados por el canon de la Biblia. en ellos encontramos datos que hacen referencia a esta etapa de su vida. Los textos más representativos son: el Evangelio de la infancia del pseudo Tomás; el Evangelio árabe de la infancia; El Libro de la infancia del Salvador y la Historia de José el carpintero. Sin embargo, ninguna de estas obras es anterior al siglo V, elaborados mucho después de los acontecimientos. Por lo tanto, están sometidos al influjo de la imaginación, por lo que presentan un carácter novelesco y legendario.

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