Marco Polo, el viajero más famoso

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En el siglo XIII, en el año 1254, Marco Polo vino al mundo un 15 de septiembre. Los Polo eran una familia de comerciantes, de las más influyentes de la Venecia de esa época, una ciudad-estado que era de las más grandes potencias mercantiles del mundo. El padre y el tío del joven Marco, con el propósito de ampliar las alianzas comerciales, partieron en 1260 hacia Oriente. Cuando regresaron, 11 años más tarde, confesaron al joven las maravillas que había en las tierras de más allá del mar Caspio.

Poco después de haber vuelto, en 1271, Marco Polo, acompañó a su padre y su tío en nuevo viaje a Oriente. Pero esta vez, la travesía duró un poco más del doble: 23 años. Luego de hacer una parte del viaje necesariamente por el mar, hicieron el resto por tierra. La razón de realizar el viaje así fue que consideraban a los navíos como «vehículos funestos… cosidos únicamente con cordel sacado de la cáscara de la nueza de la India».

Llegada a Asia: amigo y funcionario de Kublai, el Gran Khan

Cuando los Polo llegaron a Pekín, conocieron a Kublai, el Gran Khan, gobernanta de Asia. Por entonces, Marco había recorrido 9.000 km en tres años y medio, muy lejos aún de los 38.625 km que andaría durante las décadas siguientes. Durante su estancia en la antigua capital de China, Marco Polo trabó una gran amistad con Kublai, quien sentía tan gran aprecio por el joven veneciano que lo incorporó a su administración nombrándolo embajador e inspector fiscal.

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Este viaje significó para esta familia de venecianos la oportunidad de apreciar un mucho muy distinto a todo el Occidente por entonces conocido.

Regreso a Venecia: asombro, encarcelamiento y el primer bestseller de la historia.

En 1295 los Polo regresaron a su tierra. A su llegada, la gente quedó asombrada por los relatos que los tres viajeros narraban. Los venecianos no podían creer la existencia de rutas de transporte que empequeñecían a los canales de su ciudad. Asimismo, tampoco salían de su asombro cuando se les contaba que todas las noches, en un enorme salón imperial, se servía la cena a 6.000 comensales.

Sin embargo, el conocimiento la mayoría de las vivencias que Marco Polo experimentó en Asia se debe a que, en 1298, fue detenido. En el contexto de la guerra entre Venecia y Génova, nuestro viajero fue encarcelado. Durante su estancia en prisión, conoció al escritor Rustichello de Pisa, a quien le narró todo lo vivido en tierras asiáticas.

Retrato de Marco Polo, de Salviati.
Retrato de Marco Polo, quien sostiene Il Milione, de Salviati

Luego de que fueran liberados, publicaron Il Milione (El Millón, en referencia al millón de aventuras que vivió el narrador), libro en el que Marco Polo cuenta todas sus aventuras y experiencias en Oriente. Este libro alcanzó un éxito poco frecuente, dado que, a comienzos del siglo XIV, todavía no existía la imprenta. La obra fue traducida a diversos idiomas. Posteriormente, el libro comenzó a ser llamado como Las Aventuras de Marco Polo o El Libro de las Maravillas.

Dudas sobre la autenticidad de sus narraciones

En su lecho de muerte, muchos desconfiaban de los relatos de Marco Polo, pidiéndole que confesara las mentiras narradas. A estas peticiones, el viajero respondió: «No he contado ni la mitad de lo que vi». La desconfianza de los lectores de Il Milione se fundaba en la incredulidad de que hubiera un país en el que se quemaban piedras para calentarse (carbón) y donde el papel servía como moneda de cambio.

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Algunos historiadores actuales ponen en duda la veracidad de los relatos ya que Marco Polo no menciona algunos detalles que debería haber visto. Entre los hechos que los especialistas opinan que el viajero no debió haber dejado pasar están la Gran Muralla, el té, la costumbre de vendar los pies a las mujeres o el arte de la caligrafía. Pero, a favor de él, están los 23 años de ausencia experimentando lo que ningún europeo se hubiera atrevido a soñar.

La vida y los viajes de Marco Polo, junto con el poema épico Odisea, que nos narra la aventura de Odiseo (Ulises), nos enseñan algo: no hay nada mejor que un viaje que dure veinte años.

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