La Esfinge, el terror de Tebas

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La Esfinge es uno de los monstruos de la mitología griega más conocidos. Principalmente, su actuación tiene muchísima importancia dentro del llamado ciclo tebano, es decir, los mitos concernientes a la ciudad de Tebas, siendo el de Edipo el más conocido de ellos.

La Esfinge, el terror de Tebas
Edipo enfrenta a la Esfinge.

La Esfinge y su llegada a Tebas

Este monstruo es presentado con rostro de mujer, pecho, patas y cola de león. Además, tenía alas similares a las de las aves de rapiña. Su llegada a Tebas se debe a la furia de Hera, hermana y esposa de Zeus. Esta diosa decidió castigar a la ciudad por el delito de Layo, padre de Edipo, por haberse enamorado y abusado sexualmente de Crisipo, hijo de Pélope.

Pélope maldijo a Layo por su delito, desencadenando una maldición sobre su estirpe. Esta maldición es conocida como la maldición de los Labdácidas, es decir, sobre todos los descendientes de Lábdaco, entre los que se encuentran su hijo Layo y su nieto Edipo.

Su juego favorito: los enigmas

La Esfinge, que se había apostado en una montaña al oeste de la ciudad, devoraba a todo tebano que fuera a desafiarla. Además, también mataba y comía a quienes no podían resolver los acertijos que planteaba. Sin embargo, todo cambió con la llegada de un forastero. El monstruo, deseoso de una nueva víctima, le preguntó: «¿Cuál es el animal que en la mañana camina en cuatro patas, al medio día en dos y al anochecer en tres?»

Edipo y la Esfinge (1864), de Gustave Moreau
Edipo y la Esfinge (1864), de Gustave Moreau.

Lo que no imaginaba la Esfinge es que el extranjero iba a contestar: «El animal por el que preguntas es el hombre. Éste, cuando es bebé, se apoya sobre sus cuatro extremidades. Luego, cuando está en la plenitud de sus fortalezas, sobre sus dos piernas. Y, por último, ya viejo, camina con la ayuda de un bastón».

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Muerte de la Esfinge

De esta manera, siendo derrotada en su propio juego, la bestia se arrojó por el precipicio, muriendo al estrellarse. Este forastero que resolvió el acertijo no era otro que Edipo, que así puso fin a los castigos de la Esfinge, trayendo paz a la ciudad y casándose con la reina viuda como recompensa.

Sin embargo, la prosperidad que trajo la victoria sobre el monstruo duraría algunos años. La maldición que había lanzado Pélope sobre la estirpe de Layo cobraría un giro aún más trágico, recayendo el nuevo rey, Edipo, y toda su descendencia.

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